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martes, 16 de septiembre de 2014

La tradición vitivinícola italiana viene de lejos: hay que remontarse al siglo V a.C. cuando los griegos asentados en el sur llamaron Enotria (tierra del vino) a toda la península o cuando el Forum Vinarium romano a la orilla del río Tíber era el centro internacional donde se cambiaba vino. Las leyes que reglamentaban el vino italiano se comenzaron a desarrollar a partir de los años 50, excepto en la zona del Chianti que datan de los años 30,  El primer vino que obtuvo tal reconocimiento fue la Vernaccia di San Gimignano en 1966 y la DOCG (la G significa 'garantita' o garantizada) en 1993.

La ley goria

 El Gobierno italiano llevó a cabo la ímproba labor de catalogar la enorme variedad de vinos producidos en Italia y darles al mismo tiempo una identidad definida y reconocida, Pero, como suele ocurrir siempre en Italia, los supuestos beneficios que reportaría la ley eran cuestión de futuro. Los vinos que demuestren durante cinco años su calidad adquirirán una DOC y cinco años más tarde podrán aspirar a situar en el gollete de la botella la garantía del estado de una DOCG. Hay numerosas denominaciones de origen que comprenden a su vez un buen número de subdenominaciones que suelen corresponder con las distintas castas que se encuentran en la zona: Alto Adige (lagrein, Lago di Caldaro, cabernet sauvignon, schiava, traminer aromatica…), Trentino (marzemino, pinot nero, pinot bianco, riesling itálico…), Colli Orientali del Friuli (picolit, ribolla gialla, tocai friuliano, verduzzo friuliano, refosco dal pedúnculo rosso, schioppettino, pignolo, tazzelenghe…) y así bastantes más. Actualmente el vino que se produce en Italia se puede dividir en dos grandes categorías; los vinos con denominación de origen y los vinos de mesa. A la primera categoría pertenecen los vinos VQPRD (vinos de calidad producidos en región determinada),

El desarrollo y la aplicación de la nueva ley

Según la nueva ley la DOCG puede concederse a un vino que ha alcanzado un notable prestigio durante al menos cinco años y ya está clasificado como DOC.
En las microzonas o subzonas también un propietario puede alcanzar excepcionalmente la DOC o DOCG, serán reconocidas cuando el producto sea de alta calidad y contribuya a la promoción y el prestigio de los vinos italianos mas allá sus fronteras. El nombre de esta minúscula zona debe ser utilizado independientemente del resto de la denominación de origen. Las subzonas históricas que han servido a la idea general de la denominación pueden utilizar el término "classico". El término "Vigna" seguido del nombre que representa se puede utilizar en los vinos DOC y DOCG a condición de que el vino proceda de esa misma viña que se cita y de la bodega a la que se hace referencia en la etiqueta.Hay casos curiosos; un productor que posea sus viñas de nebbiolo en la zona del Roero puede elegir entre cuatro o cinco denominaciones de origen diferentes para albergar su vino. Estas serían; Roero, Nebbiolo d'Alba, Langhe Nebbiolo, Langhe Rosso y hasta Piamonte

El caso de los supertoscanos

 marqués Niccolò Incisa della Rochetta creó el primer gran vino toscano sin denominación de origen: el Sassicaia. Tres años después otro marqués, el de Antinori, presentó el Tignanello, aunque un año antes había elaborado un vino experimental llamado Tignanello Vendemmia Ritardata.  Todos estos vinos surgieron como respuesta al anquilosamiento del Chianti Classico: maderas casi putrefactas,
 prohibición de utilizar barricas sólo se aceptaban los grandes toneles (botti) de roble de Eslavonia, no se podían elaborar vinos monovarietales de sangiovese…Frente a todo esto muchos pequeños elaboradores se rebelaron, algunos, como Manetti de Montevertine, incluso sacaron sus vinos de la DOCG Chianti Classico y siguieron el camino de los dos marqueses.

BASILICATA
-Aglianico del Vulture

CALABRIA
-Bivongi

TOSCANA
-Montecarlo





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