Sudáfrica está situada en el extremo antártico del continente africano. El vino ha sido una parte importante de la historia y la cultura de este país durante más de tres siglos. Sudáfrica es uno de los más antiguos productores de lo que se ha dado en llamar el Nuevo Mundo vitivinícola.
En 1652, Jan Van Riebeeck fundó la factoría de avituallamiento de la Compañía de las Indias en el cabo de Buena Esperanza, y poco tiempo después, hacía traer de Europa esquejes de vid, convencido de que el vino reduciría los casos de escorbuto entre los marineros. El 2 de febrero de 1659 escribió en su diario: "Hoy, Dios sea loado, ha fluido por primera vez el vino de la uva del Cabo".
Simon van der Steel, su sucesor como Gobernador y experimentado viticultor, plantó sus propias vides en la antigua Wildebosch (Constantia) con la ayuda de refugiados hugonotes franceses -expertos en vinicultura y vinificación. Nombró a esta amplia superficie de viñedos “Stellenbosch”, que significa “el bosque de Van der Steel”.
En el siglo XIX, los vinos del Cabo gozaban de buena fama en Europa, en particular el vino dulce de Constantia, hecho de moscatel. Los vinos fortificados y los licores también formaban parte de la tradición sudafricana.
Actualmente, Sudáfrica es el noveno productor de vino del mundo. Los productores sudafricanos siguen con atención las tendencias internacionales y han implementado las técnicas de cultivo y vinificación más avanzadas.
Muchos años de investigación y experimentación han servido para establecer la mejor adecuación entre los diversos microclimas y las variedades específicas de la rica herencia vitícola del país.
Variedades blancas principales: Steen, nombre local de la Chenin Blanc y representa más del 30% de la superficie plantada),Hanepoot o Muscat de Alejandría, Colombard, Sauvignon Blanc, Cape Riesling y Chardonnay.
Las variedades blancas ocupan más del 80% del viñedo.
Variedades tintas principales: Cinsaut, Cabernet Sauvignon, Pinotage (cruce de Cinsaut y Pinot Noir), Syrah,Merlot, Cabernet Franc y Pinot Noir.